Introducción
La ansiedad alimentaria es un trastorno que afecta a muchas personas en todo el mundo. Aunque a menudo se asocia con el trastorno de la imagen corporal, la ansiedad alimentaria puede afectar a cualquier persona, independientemente de su tamaño o peso.
Aún existe un debate en la comunidad científica sobre si la adicción a la comida es un trastorno real o no. Algunos argumentan que la comida es una necesidad biológica y que la relación con ella no debería ser comparada con la adicción a sustancias como el alcohol o las drogas. Otros, sin embargo, sostienen que la adicción a la comida es una realidad y que se puede manifestar en formas similares a otras adicciones. A pesar de esta discusión, es ampliamente reconocido que el consumo excesivo de comida y ciertos tipos de alimentos pueden desencadenar respuestas fisiológicas y psicológicas similares a otras adicciones.
¿Qué es la ansiedad alimentaria?
La ansiedad alimentaria suele referirse a cuando una persona come sin tener hambre de verdad. Es como una especie de obsesión, en donde el que se siente una necesidad incontrolable de comer cualquier cosa o un sabor específico, incluso si no tiene hambre. Es como si el cuerpo quisiera comer sin importar lo que tu mente esté diciendo.
La ansiedad alimentaria, si se prolonga en el tiempo, puede llegar a ser considerada como un trastorno mental. En él, una persona experimenta ansiedad o miedo intenso en torno a la comida, la nutrición y el peso. Esto puede llevar a comportamientos alimentarios anormales, como evitar ciertos alimentos, comer en secreto o incluso purgar después de comer.
La persona que siente esta “ansiedad alimentaria” puede tener la sensación vaga de que “algo” la está molestando y no lo puede solucionar. Puede ser una pena, un momento estresante, o incluso uno de aburrimiento, como durante los encierros de la pandemia.
La persona come para calmar o acallar sus emociones en vez de su hambre física. Es como si comiera para sentirse mejor emocionalmente, pero no para saciar un hambre real.
Síntomas de la ansiedad alimentaria
Algunos síntomas comunes de la ansiedad alimentaria incluyen:
- Comer en exceso o de forma compulsiva
- Ocultar o negar la cantidad de comida consumida
- Sentir vergüenza o culpa después de comer
- Comer en secreto
- Sentir una necesidad incontrolable de comer
- Tener pensamientos obsesivos sobre la comida y el peso
- Usar la comida como una forma de lidiar con el estrés o las emociones negativas
- Sentir una disminución de la autoestima y la confianza en sí mismo
- Experimentar cambios de peso frecuentes o extremos.
- Es importante recordar que estos síntomas pueden variar de persona a persona y que es necesario consultar a un profesional para un diagnóstico preciso.
Causas de la ansiedad alimentaria: Cómo los premios infantiles con comida pueden afectar a la vida adulta
Aunque las causas exactas de la ansiedad alimentaria son desconocidas, se cree que puede estar relacionada con la cultura obsesionada con el peso y la imagen corporal, así como con experiencias previas de trauma o estrés.
El estrés y la depresión también pueden desencadenar o agravar la ansiedad alimentaria. Pero no todas las personas que enfrentan estrés o depresión tienen ansiedad alimentaria. Muchas personas cuando están deprimidas hacen otras cosas: van a ver a una amistad, conversan de lo que está pasando, hacen deporte, salen a caminar o también lloran para exteriorizar su malestar.
Lo más importante que hay que saber: Comer por pena, por estrés o por aburrimiento no es una conducta normal. Comer una rica comida brinda indudablemente placer, pero no necesariamente da felicidad.
El origen de una conducta compulsiva con la comida suele estar en la asociación peligrosa – y espuria – entre comida y felididad. Y puede tener sus raíces en nuestra infancia y en cómo la comida fue sido utilizada como recompensa o una forma de celebración.
Aquellos niños que fueron recompensados con comida por su «buen comportamiento», o aquellos que crecieron en un entorno donde el amor se entregaba a través de la comida, corren más riesgos de asociar, inconscientemente, ciertos alimentos a la felicidad.
El cerebro infantil es como una esponja, absorbe todo lo que vive, muchas veces sin filtros. Y es por eso que esta asociación “comida-felicidad” puede transformarse en su vida adulta en comportamientos compulsivos en relación a la comida, en tratar de ocultar problemas a través de los alimentos, o en buscar inconscientemente provocar siempre momentos “felices” que de alguna manera traigan a la mente esos gratos recuerdos.
Y estas personas corren mayor riesgo de no emplear el proceso de alimentarse como lo que es: atender a las necesidades reales de su cuerpo.
Por ello es importante tener en cuenta cómo los patrones alimentarios y las asociaciones con la comida pueden desarrollarse en la infancia y tener un impacto en la vida adulta.
Más allá del síntoma: Una visión psicoanalítica
Cuando la persona soluciona sus problemas a través de la comida, muchas veces los cambios en el peso o la apariencia física son evidentes para todos, incluso para el paciente. Que no sólo es consciente de sus cambios corporales, sino que también de la disminución en la calidad de vida y el bienestar general. Sin embargo, es posible que el paciente no logre explicarse por qué está con tanto peso, incluso si se le pregunta directamente los motivos que lo tienen así.
Cuando sucede lo anterior, quiere decir que el problema del descontrol alimentario está ya enraizado a nivel inconsciente. Pues en el fondo, puede que el paciente sí sepa qué es lo que causa su sobrepeso, pero le cuesta admitirlo al nivel de incluso negarlo. Esto se conoce como “anosognosia” o “falta de consciencia de la enfermedad”.
La anosognosia es un fenómeno complejo y que aún no se comprende completamente, pero se cree que puede estar relacionado con cómo el cerebro procesa la información sensorial y emocional displacentera. Es como si la mente simplemente decidiera, por su cuenta, hacer como que el problema no existe para no tener que afrontar el estrés de lidiar con él. En términos psicoanalíticos, es lo que Freud llamaba “represión”.
En el lenguaje psicoanalítico, la represión se refiere al mecanismo de defensa por el cual el individuo retira de su conciencia, o “decide olvidar” ciertos pensamientos, sentimientos o recuerdos dolorosos o incómodos. La represión se considera un mecanismo de defensa normal y común, pero también puede tener efectos negativos en la vida emocional y psicológica de una persona si se convierte en excesiva o se aplica de forma compulsiva para evitar hacerse cargo de ciertos problemas o emociones.
Según la teoría psicoanalítica, los pensamientos y emociones reprimidos a menudo continúan influyendo en el comportamiento y las relaciones de una persona, aunque se encuentren fuera de su conciencia. Y es ahí cuando aparecen los síntomas físicos de la enfermedad psíquica: El cuerpo llora lo que los ojos no lloran.
Tratamientos para la ansiedad alimentaria
Afortunadamente, la ansiedad alimentaria es tratable y hay muchas opciones efectivas de tratamiento disponibles.
Las alternativas de tratamiento pueden incluir algún enfoque en particular de terapia psicológica, o la combinación de herramientas de varios de ellos. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual, terapia psicoanalítica, la terapia centrada en la compasión. Incluso algunas prácticas de Mindfulness, Yoga, Respiración profunda y Terapias alternativas pueden ayudar, más allá de tratar sintomatológicamente la ansiedad y la depresión, que son los síntomas visibles de un conflicto invisible.
A continuación ofreceremos una breve explicación de en qué consiste cada uno de estos abordajes psicoterapéuticos y cómo pueden ayudar a tratar la ansiedad alimentaria.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)
El objetivo principal de la TCC es ayudar a las personas a cambiar sus patrones de pensamiento y comportamiento que están contribuyendo a su sufrimiento emocional y psicológico. Este modelo de terapia se enfoca en el presente y busca identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento poco útiles y negativos, para así mejorar la calidad de vida de la persona.
Durante la terapia, el terapeuta trabaja con la persona para ayudarla a desarrollar habilidades y estrategias efectivas para manejar sus emociones, pensamientos y situaciones estresantes.
Terapia de orientación Psicoanalítica
En el caso de que se desee explorar y sanar el conflicto oculto que está a la base de la ansiedad alimentaria, algunas herramientas del enfoque psicoanalítico son muy útiles.
El objetivo principal del abordaje psicoanalítico es ayudar a la persona a comprender sus motivaciones inconscientes y conflictos emocionales reprimidos (u olvidados). Y ayudarle a comprender cómo estos están afectando su vida diaria y relaciones interpersonales. Este modelo de terapia se centra en la exploración y libre expresión de los pensamientos, emociones y comportamientos reprimidos o inconscientes, para comprender su influencia en la vida actual de la persona.
Muchas veces pasa en la terapia psicoanalítica, y también en la terapia compasiva, que la persona siente un gran alivio al expresar esos sentimientos que, como niño o niña, jamás pudo expresar. Esto le ayuda a desarrollar una mayor autoconciencia y a resolver con sus habilidades de adulto esas experiencias pasadas
Psicoterapia Centrada en la Compasión
Por último, el abordaje de la terapia compasiva en los trastornos alimentarios se centra en ayudar a la persona a desarrollar una relación más positiva con la comida y consigo misma. Y esto se logra mediante una actitud activa y compasiva del terapeuta. Es decir, de alguien que comprende empáticamente el sufrimiento del paciente y en lugar de juzgarle, le acoge y busca aliviar su dolor.
La terapia compasiva se enfoca en ayudar a la persona a comprender y reconocer sus pensamientos y emociones negativas relacionadas con la comida y el cuerpo, y a reemplazarlas con una perspectiva más amable y comprensiva. La actitud del terapeuta es de profunda acogida y deseo real de ayudar. Desde un tono de voz calmado, que se transforma en una especie de “voz interior” compasiva para el paciente que, de esta manera aprender a observarse sin juzgarse o criticarse.
También busca ayudar a la persona a desarrollar una relación más saludable con la comida y su cuerpo, aprendiendo a escuchar y atender a sus necesidades físicas y emocionales. Con su propia actitud de acogida, el terapeuta ayuda a que el paciente tenga palabras más amables para referirse a sí mismo, a que observe el origen de sus conductas con la comida, y pueda explicárselas compasivamente, sin tratarse mal y sin sentir culpa por hacerlo.
Paulatinamente, el paciente va entendiendo que nunca fue su culpa ser criado en un ambiente familiar como el que le tocó, ni tampoco es su culpa asociar comida con felicidad. Y que lo que hizo fue lo mejor que podía hacer con las herramientas que tenía a su disposición.
Mindfulness
El «Mindfulness» o «Plenitud de consciencia» es una práctica que se enfoca en la capacidad de atención plena y el autoconocimiento, y puede ser útil para manejar la ansiedad alimentaria al permitir que la persona tome conciencia de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos relacionados con la alimentación. Al practicar el mindfulness, una persona puede aprender a reconocer y aceptar sus pensamientos y emociones sin juzgarlos, lo que puede ayudar a disminuir el estrés y la ansiedad asociados con la alimentación. Además, el mindfulness puede ayudar a fomentar una relación más saludable con la comida, alentando a la persona a concentrarse en la sensación física de la alimentación en lugar de centrarse en los pensamientos negativos o las emociones negativas.
En la actualidad, la mayoría de los terapeutas utilizan técnicas de diferentes corrientes terapéuticas. Lo más importante es que el terapeuta establezca una buena conexión con su paciente y que la terapia sea efectiva para satisfacer las necesidades del paciente.
Finalmente, es absolutamente recomendable trabajar con un nutricionista para aprender habilidades y patrones alimentarios saludables para manejar la ansiedad y la relación con la comida.
Conclusión
La ansiedad alimentaria es un problema real y prevalente, pero hay esperanza y tratamiento disponible para aquellos que la experimentan. Es un problema complejo, pero con el apoyo de un profesional y un tratamiento adecuado, las personas pueden superarlo y recuperar una relación saludable con la comida.
Una adecuada terapia puede ayudar a comprender y resolver los conflictos emocionales subyacentes, y a desarrollar nuevos comportamientos alimentarios positivos. Con perseverancia y determinación, es posible lograr una vida sin ansiedad por comer y llena de bienestar emocional.
Referencias
- Artículo: Cómo superar la ansiedad por comer: https://www.iepp.es/superar-ansiedad-por-comer/#:~:text=Cuando%20hablamos%20de%20ansiedad%20por,de%20forma%20impulsiva%20e%20incontrolada.
- Bays, Jan Chozen. Mindful Eating: A Guide to Rediscovering a Healthy and Joyful Relationship with Food. Shambhala Publications, 2013.
- Bulik, C. Anxiety disorders and eating disorders: A review of their relationship. (1995). New Zealand Journal of Psychology. Vol 24, N° 2.
- Nolan, L. J., & Jenkins, S. M. (2019, July 25). Food Addiction Is Associated with Irrational Beliefs via Trait Anxiety and Emotional Eating. Department of Psychology, Wagner College. Hallado en https://www.mdpi.com/2072-6643/11/8/1711
- Pallister, E., & Waller, G. (Year). Anxiety in the Eating Disorders: Understanding the Overlap. Volume 28, Issue 3, March 2008, Pages 366-386. Hallado en: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0272735807001225
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